martes, 18 de noviembre de 2014

Del respeto y de los héroes

4ta Corrida en la Plaza México.
De la presentación de los "toros" ya se habló en miles de crónicas, sobre todo del gremio independiente, que regularmente es el más fiable, no siempre, pero muchas veces.
Del "Buen Fin", que trascendió hasta el palco del juez, no solo en esta ocasión, sino en ya varias temporadas, también se ha hablado hasta el cansancio.
El juez esta vez regaló una oreja, la de José Mauricio, quien ni mató bien, ni estuvo presente en la plaza. Cosa que me puede mucho porque siempre le he tenido mucha fe y porque de concentrarse y echarle enjundia y corazón, José Mauricio ya estaría convertido en un torero importante, pero si él no quiere, no será. Toda su clase, su frescura y estética, ya se pueden ir guardando en el cajón de "Los que pudieron ser... Y no fueron". Y ojalá este comentario que, créanme, me duele hacerlo, le sirva de acicate para demostrar lo contrario, pero demostrarlo pronto, porque el tiempo pasa y sigue pasando.
Pero pese a la novillada que nos recetaron, hay cosas muy interesantes que se deben mencionar. La primera es que tenemos un torero diferente a todos, y cuando digo a todos, es a todos... “osease”, mexicanos o extranjeros.
Eso, hablando en un tema donde es tan difícil que haya alguien que salga del montón, es muy importante. Y debe repercutir en apoyo al diestro.
Fermín Rivera es un torero importante. El domingo cortó una oreja a ley pese a fallar con el acero. La faena por sí sola valió la oreja. Su cabeza, su técnica, su conocimiento, y sobre todo, el respeto que demostró hacia el "toro" que le tocó en suerte.
¿Por qué digo respeto? Porque entendió los tiempos del toro, sus distancias y su fuerza y en consecuencia, estructuró su faena. Eso es sensibilidad.
Y por resultado, el toro colaboró, a su manera, falto de casta, como quieran, pero colaboró, porque lo respetaron y se acoplaron a él, con todas sus limitantes. 
Y otra cosa importantísima, e insisto mucho en lo siguiente: no importa que nos guste o no el torero y su estilo, lo que importa es que todos estamos necesitados de un héroe y para muchos, esa imagen la encarna Juan José Padilla.
Es vital para la Fiesta que un torero despierte pasión en los tendidos y repito, no importa si nos gusta a todos o no.
Es conmovedor el cariño que la gente le tiene a Padilla, cómo lo apoya, cómo le corean todo, cómo Padilla corresponde a tanta entrega, entregándose.
Padilla representa toda superación a cualquier adversidad, por eso conmueve, por eso la empatía... Porque todos queremos ser él, frente a nuestras propias adversidades.
No sé si el indulto fue merecido, ya todos opinaron al respecto, lo que sí se, es que Padilla mereció este triunfo.
Ya el ganadero sabrá qué función dará al toro en su ganadería, que dicho sea de paso, fue un toro extraordinario.

Y también ya sabrá el empresario, el mismo ganadero y el juez, qué categoría se le está dando, o quitando, a la Plaza México.

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