domingo, 30 de enero de 2011

Emoción, profundidad y detalles que ahí quedaron



12va Corrida de la Temporada
Rodolfo Rodríguez El Pana
Alejandro Talavante
Arturo Saldívar

Toros: San Isidro

El Pana, como es su costumbre, siempre llega a la plaza de manera por demás extravagante, ahora le tocó llegar en una limosina blanca propia de quinceañera pudiente, más no pudibunda, pero la verdad… a mi me gusta cuando llega en calandria, como que le va más a su personalidad, el es pueblo.
Lamentablemente el aire estuvo molestando en su primer toro al Pana, quien sin embargo, logró detalles que sólo él. De repente se quiere poner creativo, pero, en mi humilde opinión siento que no hay necesidad de innovar, porque son pases complicados que le restan transmisión a lo que hace, el no tiene ninguna necesidad de andar innovando, con lo que tiene, y transmite, es más que suficiente, es un regalo y un milagro su toreo. Que innoven los jóvenes -tu Pana, con que hagas cinco cosas básicas y elementales, pero bien hechas, con tu sabor, sentimiento y esencia, estamos hechos. Con un solo detalle, nos haces la tarde-.
En su primero realizó un trincherazo de esos, que son solo suyos. Pases por alto viendo al tendido y sus detalles de desplantes, tan personales, echando la muleta a la arena. Pese a su media estocada en mal sitio, la gente estaba emocionada y pidió oreja y que se la dan. Ta bien. Dos vueltas al ruedo.
Alejandro Talavante me gustó más esta vez que la anterior, y la anterior me gustó mucho. Con el capote tiene detalles lindos como aquel de soltar la punta. Es un torero característico por su creatividad y amplio repertorio, aunque esta vez, lo vi menos variado pero más profundo. Con más sabor que estética, Me encantó. Por momentos logró unos derechazos en los que encogía el brazo izquierdo, recordándome a Silverio. Quebró mucho la cintura. La gente loca lanzando sombreros, que emotivo. Luego, un desdén. Pero la hora de la muerte llegó, y ahí fue donde la marrana torció el rabo y esto en sus tres toros, porque regaló uno que pa’ sacarse la espina pero pus no’ más nada con la espada. Y es que ojalá se trataran de pinchazos en buen lugar, pero la verdad es que anda fatal con el acero. En sus tres faenas, hubo arte, valor y emoción, lástima que fueron al final malogradas.
La primera vez que vi a este muchachito Arturo Saldívar como que no me gustó mucho, bueno, no me gustó nadita, pero esta vez, fue otra cosa. El sabía que tenía que hacer algo importante por el peso de sus alternantes, El Pana, toda una leyenda y Talavante, que ha cautivado al público de la México. Arturo salió a por todas, decidido, empezando su faena con una larga cambiada de rodillas, luego unas chicuelinas, que le salieron muy apresuradas porque el toro se revolvía muy en corto ¿pero qué le aunque? si las ganas ahí estaban. Una merecida salida al tercio del banderillero Diego Martínez.  El toro primero muy emotivo en su embestida. Anda también mal con la espada este muchacho. En su segundo brinda al Pana. Muy bien con la muleta. Me ha gustado mucho esta tarde, más serio que la anterior, más concentrado en lo suyo, torear. Lo agarró, y cayó re feo, se lo llevaron pero regresó a matar a su enemigo. La gente se lo agradeció gritándole: torero, torero.  Media estocada, luego falla el primer golpe  de descabello, un aviso,  y por fin al segundo descabello cae. Le otorgaron una oreja.
Urgen unas clases de la suerte suprema para muchos toreros, tanto nacionales como extranjeros.

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